lunes, 31 de octubre de 2016

La inveterada “preocupación” de los gringos
                                                                                                               *Miguel Ugas
Ya para los venezolanos, sobre todo para quienes no tenemos vocación de pitiyanquis (Mario Briceño Iragorri), se ha hecho una costumbre observar como los gobiernos estadounidenses expresan su injerencista inquietud acerca de la situación política nacional.
Cada cierto tiempo, voceros gubernamentales estadounidenses dejan caer ante los medios una declaración o una nota de prensa denotando la “preocupación” de EEUU, es decir, de su gobierno, acerca de la realidad nacional, por supuesto, siempre en tono de observación, de reclamo o de amenaza a nuestras legítimas  autoridades. Y ello sin que nadie, a nivel oficial, haya solicitado tal opinión; simplemente se asume, a motu proprio, el derecho de abrogarse la potestad de opinar sobre los asuntos internos de nuestro país.
Cuando no es el mismísimo Presidente, o el secretario de Estado, o el subsecretario de Estado para América Latina,  el jefe del Comando Sur, o el de la Cuarta Flota, surge algún funcionario de medio pelaje de la secretaría de prensa de la Casa Blanca, del Pentágono o del Departamento de Estado manifestando el infaltable enfoque yanqui sobre determinado aspecto del acontecer nacional.
Hipocresía gringa
En la más reciente oportunidad, el 28 de octubre, el vocero de la consabida preocupación gringa fue Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca, quien, en rueda de prensa, manifestó: “Seguimos preocupados por la situación en Venezuela  y seguimos urgiendo al Gobierno y al pueblo venezolano a resolverla a través de la negociación, sin recurrir a la violencia”. Una expresión aparentemente neutra, en la que se aboga por el diálogo, pero, evidentemente, está cargada de veneno, pues, intenta contraponer al gobierno, por un lado, y al pueblo, por otro, como que sí el gobierno no fuese expresión del pueblo venezolano.
Pero, lo que realmente hay que resaltar en la inveterada preocupación gringa es la hipocresía que la envuelve, porque si algo debemos tener claro los nacidos al sur del Río Grande, a la luz de la historia, es la práctica de los gobiernos imperialistas estadounidenses de desarrollar una política dual, ambigua, en su relación con los pueblos y naciones latinoamericanas y caribeñas.
Mientras, muestran una postura aparentemente suave, condescendiente pero intimidante, por otra parte,  asoman la real política de la intromisión y la agresión directa. Es la práctica conocida como la de la zanahoria y el garrote que tantas veces han puesto en acción, de acuerdo con las circunstancias, con  la región latinoamericana y caribeña que, desde hace dos siglos, han venido considerando como su patio trasero, o se doblega o la someten.
En nuestro caso, durante el período chavista la dualidad estadounidense se ha manifestado de manera permanente sin llegar, aún, a la agresión directa pero ha estado allí como espada de Damocles con su amenaza latente y lacerante.
Orden Ejecutiva
Todavía está fresca la imagen chambona y grotesca de aquel embajador yanqui, Charles Shapiro, a quien la dirigencia opositora no escatimaba gestos para demostrarle su genuflexión, haciéndose presente en Miraflores, en las primeras de cambio, para reconocer como Presidente, al espureo e indecoroso Pedro, el breve, Carmona, en los infaustos días de abril de 2002.  Ese embajador, el 11 de abril, era el que le daba órdenes directas, por vía telefónica, al mando (Vivas y Forero) de la policía metropolitana para que reprimieran de manera cobarde e inmisericorde a ambos bandos del pueblo caraqueño y al mismo tiempo, se mostraba ante los medios de comunicación, exigiéndole al gobierno bolivariano del Comandante Chávez, un comportamiento democrático y respetuoso de los derechos humanos; imposible, más dualidad.
En la actual coyuntura, cuando se agudiza la tensión en el país,  en la que los sectores apátridas opositores, apoyados y financiados por el gobierno estadounidense, a través de la USAID y tantas otras agencias injerencistas, mantienen en jaque al gobierno chavista y legítimo de Nicolás Maduro, cuando sobre el país pende la Orden Ejecutiva de Obama en la que se califica a Venezuela como una amenaza para la seguridad de los Estados Unidos, cuando el Comando Sur mueve sus piezas  como tenaza amenazante y mantiene un arco de bases militares alrededor del territorio nacional, cuando todo ello y más acontece, el gobierno estadounidense, con su disfraz de corderito, predica el diálogo como fórmula para que los venezolanos dirimamos nuestras diferencias; formula dialogante que los yanquis, realmente, no practican sino que utilizan acomodaticiamente según sean sus intereses.
Declive imperial
Está claro que el imperialismo no deposita todos los huevos en una única canasta, siempre maneja varios escenarios, priorizando en un momento determinado, el que más convenga a sus objetivos estratégicos, que en el caso venezolano, es el de obstruir y derrocar el proyecto bolivariano por lo que este representa y proyecta hacia la región latinoamericana.
El imperialismo, en declive, producto de las contradicciones que le son inherentes, a su pérdida de influencia en el mundo, en la que están surgiendo nuevos polos de referencia que ponen en cuestión la hegemonía norteamericana, no puede aceptar ningún atisbo de soberanía en lo que históricamente ha concebido como su patio trasero, es decir, la zona de influencia natural en la que se surte de materias primas, vuelca su mercadería decadente e invierte sus capitales excedentes obteniendo pingues ganancias; imponiendo, sin chistar, sus designios sin mayores contratiempos y utilizando el garrote cuando así lo requieran las circunstancias.
Esto explica la arremetida desestabilizadora que han desatado en contra de varios gobiernos progresistas del Continente y, en particular, aquí en Venezuela donde no cesan de manifestar su “preocupación” por el acontecer nacional pero sin dejar de azuzar la desestabilización con la que aspiran reposicionarse del control del país que el arisco Chávez, caribe al fin, les quitó de las manos.

*miguelugas@gmail.com
   




lunes, 19 de septiembre de 2016

Septiembre volátil
Carmen Hernández
Noticias de mujeres/UNAMACI
noticiasdemujeres@gmail.com

El noveno mes del año se inició con muchas movilizaciones. El  1ro de septiembre tanto el  chavismo como la oposición, acudieron en masa a sus concentraciones. El chavismo se aglomeró en la acostumbrada avenida Bolívar y sus alrededores. Desde bien temprano el pueblo revolucionario  se fue concentrando y  aumentando su presencia hasta formar una gran  marea roja; lo más resaltante fue la alegría desbordante, la música con las letras que inspira la Revolución y consignas muy apropiadas para el momento. La presencia del numeroso pueblo bolivariano dio su respaldo al presidente Maduro y repudió los intentos desestabilizadores que impulsa la derecha venezolana. Según opiniones expresadas, la mayoría rechaza la crisis provocada por la falta de alimentos y los bienes de primera necesidad. Reconocieron además la existencia de la guerra económica que vive el país. A su entender es un plan de la derecha nacional, con apoyo del gobierno estadounidense, que persigue frenar  cualquier intento de solución de los problemas de la nación venezolana y  el crecimiento del país. Así con tal claridad y convencimiento lo expresaron durante las entrevistas realizadas.

El presidente Nicolás Maduro, agradeció a la multitud que alegre y en son de paz esperaron su presencia. Celebró la  concentración opositora. Hizo el anuncio de tres líneas: En primer lugar, se establecerán debate para socializar las críticas y propuestas del pueblo venezolano, y así aplicar mejoras en la gestión. En segundo lugar, se fortalecerá el poder popular en todas sus instancias organizativas, y en tercer lugar, la recuperación económica a través de la ejecución eficiente de la Gran Misión Abastecimiento Soberano, los Consejos Locales de Abastecimiento y Producción, del fortalecimiento de la producción nacional. “Debemos sustituir la economía rentista y acabar con las mafias distributivas y comercializadoras”.

La marcha opositora pretendió tomar Caracas y sólo tomaron birras con  desilusión. Si bien es cierto que la marcha fue bastante  concurrida, hay gente que atendió el llamado, para salir de la rutina y drenar el estrés que le produce las declaraciones de odio y veneno de sus “líderes”. En la concentración los representantes de la mud siguieron llamando abiertamente  al golpe de Estado, el tema principal fue  el  referendo revocatorio, a sabiendas que ellos no han seguido los pasos elementales y legales para propiciarlo.

La derecha opositora sigue llamando el evento como “La Toma de Caracas”, insisten en hablar de una concurrencia de 1 millón de personas. Para ello cuenta con el apoyo de la mediática nacional e internacional. Es público, notorio y comunicacional que la marcha se desplazó por urbanizaciones del este y llegó a las adyacencias de la ciudad Capital, más no entró y la concurrencia ni siquiera se aproximó a tal cifra.

La dirigencia opositora  no ha abandonado su agenda desestabilizadora, por el contrario, están desesperados y apuestan a la destrucción del país.  Celebran la baja de los precios  del petróleo, Apuestan al fracaso del  Arco Minero. Tratan de minimizar los grandes y exitosos pasos de la diplomacia de paz que es un hecho inocultable; La nación venezolana está más vigente que nunca, los éxitos internacionales se consolidan y prueba de ello es que Venezuela ejerce la presidencia de seis organismos internacionales: el Consejo de Seguridad de la ONU, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el Consejo de Derechos Económicos y Sociales de la ONU, la Presidencia de Unasur  la de Mercosur. A partir del 13 de septiembre la presidencia pro tempore  del Movimiento de los Países no Alineados, el  Foro Multilateral más grande después de Naciones Unidas.

Desde la Asamblea Nacional,  ahora en desacato, arremeten  contra los demás poderes de la nación. Obviamente el fin que persiguen es caotizar al país,  para propiciar la salida de Nicolás Maduro de la presidencia.

Detrás de la convocatoria de la oposición se esconden planes criminales,  terroristas  y  desestabilizadores  de acuerdo a lo informado por las fuerzas de seguridad del Estado.

La Violencia sigue siendo la línea a seguir. Los  grupos violentos se reunieron en la plaza Altamira, Las Mercedes y en la autopista Francisco Fajardo; encapuchados, con  piedras y  cocteles molotov, atacaron a las fuerzas policiales y prendieron fogatas en medio de la vía; la Guardia Nacional y Policía Bolivariana intervinieron para neutralizar la refriega.

Estos grupos más que violentos, son mercenarios,  se retiraron  frustrados por no haber podido expandir la violencia, la muerte y la desolación que  es a lo que están acostumbrados y por eso les pagan mucho dinero.

Este es el inicio de septiembre, mes volátil donde se esperan arrecien los planes desestabilizadores con  saboteos eléctricos, acciones violentas de calle que buscan paralizar al país entero. Sabotear la XVII Cumbre del Mnoal  que se  celebrará del 13 al 18 de septiembre en la Isla de Margarita, donde Venezuela asumirá la presidencia pro témpore.

Los Cuerpos de seguridad venezolanos están alerta y seguirán cumpliendo con el acertado y exitoso plan que en esta oportunidad dio positivos resultados,  y evitó una masacre en la población, tras la captura de 90 presuntos paramilitares en el barrio Macayapa. La detención del  ex alcalde de San Cristóbal, Daniel Omar Ceballos Morales, y los ciudadanos Carlos Melo,  Yon Goicoechea y otros grupos,  con el pleno conocimiento y vinculación de la dirigencia opositora.


Caracas 05 de septiembre 2016

domingo, 4 de septiembre de 2016

“…no hay suficiente gente…”



“…no hay suficiente gente…”
*Miguel Ugas

Llevados a efecto los eventos previstos para el 1º de septiembre, en los que, por un lado, la alianza imperial opositora se había planteado realizar una gigantesca movilización, denominada Toma de Caracas, que, por lo menos, de acuerdo a sus propósitos, haría estremecer los cimientos del gobierno bolivariano, sin descartar la jugada interpuesta de forzar su derrocamiento, según se desarrollaran los acontecimientos.
 Y, por otro lado, en respuesta a tales planes, el gobierno bolivariano y las fuerzas patrióticas concibieron la iniciativa  de impulsar, a partir de ese emblemático día, hasta el 31 de diciembre, la contraofensiva popular y de calle a fin de garantizar la paz social y la estabilidad política del país y, dentro de ella, la convocatoria de una marea  roja en la avenida Bolívar de Caracas para darle respuesta concreta a la arremetida de la derecha opositora.
Pelusa mitinesca
Pues bien, transcurrido el esperado día con sus elocuentes sucesos, lo que resta es el balance de los hechos, tratando en lo posible de ajustarse al tratamiento objetivo de los mismos.
Analistas de la oposición tanto asesores que pasan por serios (Luis Vicente León)  como  alabarderos de medio pelo, como El Nacional y La Patilla. com, ya han salido a calificar la movilización opositora como un rotundo éxito, ubicándola entre 500 mil a un millón de efectivos, ¡una pelusa!, cómo que si el resto de los observadores no hubiésemos presenciados física o virtualmente  lo realmente acontecido.

Todas las fotos mediáticas enviadas hoy por las REDES en la marcha de la derecha fascista, están trabajadas, todas fueron montadas y esta es un ejemplo. En realidad lo que hicieron fue un río de montajes fotográficos para engañar visualmente a sus acólitos.

El propio José Vicente Rangel, avezado analista de concentraciones públicas, en su intervención de presentación del Presidente Nicolás Maduro, en el acto de la Avenida Bolívar, cuantificó la movilización opositora en unas 30 mil  personas, ciertamente, muy por debajo de lo que aspiraban sus organizadores, cuyos más exaltados promotores, en los días previos, calculaban que en la llamada Toma de Caracas se estarían movilizando unas 12 millones de personas; léase bien 12 millones, así lo auguraban sus impulsores en los mítines relámpagos de promoción en las paradas del metro bus del este de Caracas.
Cariacontecidos
Lo cierto es que las expectativas de la masa opositora no fueron cubiertas; el desanimo, la frustración presente en mucho de los tomistas se hizo sentir por diversas vías, las redes sociales son testigos muy expresivas del desaliento que cundió en las filas opositoras luego de ser partícipes del fiasco que resultó el ansiado acto del 1º de septiembre, los rostros cariacontecidos de estos marchistas al momento del retorno a sus hogares hablaban por sí solos.
No lograron alcanzar la meta establecida con esta convocatoria que tenía un alcance nacional, a pesar incluso, del tiempo utilizado para su organización (cerca de un mes) y de los ingentes recursos, aportados por las arcas imperiales, dispuestos para la logística y desplazamiento y, menos aún, pudieron concretar los objetivos políticos que se habían trazado de poner en jaque al gobierno nacional; particularmente de parte de los sectores ultra radicales opositores que, como se hizo ostensible, con las acciones y detenciones preventivas, por parte de la fuerza pública, de algunos de sus activistas, se pudo constatar la intención de llevar a la práctica acciones insurreccionales destinadas a subvertir el orden constitucional y a poner en riesgo la paz social .
Pero, a la hora de establecer el balance de lo que realmente sucedió con la opositora e imperialista Toma de Caracas, antes que recurrir a subjetividades y enfoques que pudiesen ser parcializados, lo más indicado es apelar a testimonios de parte interesada que bajo ninguna circunstancias puede ser señalada de querer afectar la eficacia de la acción en cuestión.
Gallo pataruco
Este es el caso de la opinión vertida por uno de los más conspicuos dirigentes del ultra radicalismo opositor, como lo es el diputado Freddy Guevara, coordinador nacional del partido Voluntad Popular, cuyo líder señero es el inquilino de Ramo Verde, Leopoldo López, sentenciado a 13 años de cárcel por ser el instigador público de la muerte de 43 venezolanos y venezolanas, al promover y organizar la acción subversiva conocida como la Salida, en el año 2014. 
 

Violentos de la MUD critican y desconocen a sus dirigentes
El mencionado parlamentario, en video registrado en internet, sin presión y espontáneamente, para más señas, en la isla del autopista Francisco Fajardo, a la altura de Las Mercedes, frente a un grupo de copartidarios del interior que lo conminaban a desarrollar acciones más contundentes en correspondencia con los propósitos desestabilizadores de la Toma, manifestó que tales acciones no podían emprenderse porque, en palabras textuales, “…no hay suficiente gente para cumplir ningún objetivo”.
Más claro no canta un gallo aunque sea pataruco; a esta expresión del diputado fascista le cabe perfectamente el axioma jurídico “a confesión de parte, relevo de prueba”, que significa que quien confiesa algo libera a la contraparte de tener que probarlo.
En estas palabras vertidas por Guevara están implícitas dos connotaciones, una más evidente que la otra, por una parte, está asumiendo que no lograron congregar la masa humana que aspiraban, lo cual explica la frustración apreciada en muchos de los concurrentes y, por la otra, deja entrever que efectivamente sí estaban planteadas, acciones de corte insurreccional con las que se pretendía generar un ambiente desestabilizador acorde con la intención de la dictadura imperial de derrocar el gobierno constitucional y truncar de manera abrupta la revolución bolivariana; es decir, aquí tenemos un reconocimiento tácito de la doble derrota recibida.
Ganó la Paz
Al no materializarse tal intencionalidad, perfectamente se puede esgrimir la proclama con la que inició el Presidente Maduro su intervención ante la marea roja que desbordó la avenida Bolívar,

Marea Roja lleno la Bolívar de Caracas en defensa de la paz

convocada, por cierto, con tan sólo un día de anticipación: el 1º de septiembre ganó la Paz; y esta idea-fuerza de la Paz es la que nos corresponde enarbolar a todos los venezolanos de buena voluntad.