“…no hay suficiente
gente…”
*Miguel Ugas
Llevados a efecto los eventos previstos
para el 1º de septiembre, en los que, por un lado, la alianza imperial
opositora se había planteado realizar una gigantesca movilización, denominada
Toma de Caracas, que, por lo menos, de acuerdo a sus propósitos, haría estremecer
los cimientos del gobierno bolivariano, sin descartar la jugada interpuesta de
forzar su derrocamiento, según se desarrollaran los acontecimientos.
Y,
por otro lado, en respuesta a tales planes, el gobierno bolivariano y las
fuerzas patrióticas concibieron la iniciativa
de impulsar, a partir de ese emblemático día, hasta el 31 de diciembre,
la contraofensiva popular y de calle a fin de garantizar la paz social y la
estabilidad política del país y, dentro de ella, la convocatoria de una
marea roja en la avenida Bolívar de
Caracas para darle respuesta concreta a la arremetida de la derecha opositora.
Pelusa
mitinesca
Pues bien, transcurrido el esperado día
con sus elocuentes sucesos, lo que resta es el balance de los hechos, tratando
en lo posible de ajustarse al tratamiento objetivo de los mismos.
Analistas de la oposición tanto asesores
que pasan por serios (Luis Vicente León) como alabarderos de medio pelo, como El Nacional y
La Patilla. com, ya han salido a calificar la movilización opositora como un
rotundo éxito, ubicándola entre 500 mil a un millón de efectivos, ¡una pelusa!,
cómo que si el resto de los observadores no hubiésemos presenciados física o
virtualmente lo realmente acontecido.
El propio José Vicente Rangel, avezado
analista de concentraciones públicas, en su intervención de presentación del
Presidente Nicolás Maduro, en el acto de la Avenida Bolívar, cuantificó la
movilización opositora en unas 30 mil
personas, ciertamente, muy por debajo de lo que aspiraban sus
organizadores, cuyos más exaltados promotores, en los días previos, calculaban
que en la llamada Toma de Caracas se estarían movilizando unas 12 millones de
personas; léase bien 12 millones, así lo auguraban sus impulsores en los
mítines relámpagos de promoción en las paradas del metro bus del este de
Caracas.
Cariacontecidos
Lo cierto es que las expectativas de la
masa opositora no fueron cubiertas; el desanimo, la frustración presente en
mucho de los tomistas se hizo sentir por diversas vías, las redes sociales son
testigos muy expresivas del desaliento que cundió en las filas opositoras luego
de ser partícipes del fiasco que resultó el ansiado acto del 1º de septiembre,
los rostros cariacontecidos de estos marchistas al momento del retorno a sus
hogares hablaban por sí solos.
No lograron alcanzar la meta establecida
con esta convocatoria que tenía un alcance nacional, a pesar incluso, del
tiempo utilizado para su organización (cerca de un mes) y de los ingentes
recursos, aportados por las arcas imperiales, dispuestos para la logística y
desplazamiento y, menos aún, pudieron concretar los objetivos políticos que se
habían trazado de poner en jaque al gobierno nacional; particularmente de parte
de los sectores ultra radicales opositores que, como se hizo ostensible, con
las acciones y detenciones preventivas, por parte de la fuerza pública, de
algunos de sus activistas, se pudo constatar la intención de llevar a la
práctica acciones insurreccionales destinadas a subvertir el orden
constitucional y a poner en riesgo la paz social .
Pero, a la hora de establecer el balance
de lo que realmente sucedió con la opositora e imperialista Toma de Caracas,
antes que recurrir a subjetividades y enfoques que pudiesen ser parcializados,
lo más indicado es apelar a testimonios de parte interesada que bajo ninguna
circunstancias puede ser señalada de querer afectar la eficacia de la acción en
cuestión.
Gallo
pataruco
Este es el caso de la opinión vertida
por uno de los más conspicuos dirigentes del ultra radicalismo opositor, como
lo es el diputado Freddy Guevara, coordinador nacional del partido Voluntad
Popular, cuyo líder señero es el inquilino de Ramo Verde, Leopoldo López,
sentenciado a 13 años de cárcel por ser el instigador público de la muerte de
43 venezolanos y venezolanas, al promover y organizar la acción subversiva
conocida como la Salida, en el año 2014.
El mencionado parlamentario, en video
registrado en internet, sin presión y espontáneamente, para más señas, en la
isla del autopista Francisco Fajardo, a la altura de Las Mercedes, frente a un
grupo de copartidarios del interior que lo conminaban a desarrollar acciones
más contundentes en correspondencia con los propósitos desestabilizadores de la
Toma, manifestó que tales acciones no podían emprenderse porque, en palabras
textuales, “…no hay suficiente gente
para cumplir ningún objetivo”.
Más claro no canta un gallo aunque sea
pataruco; a esta expresión del diputado fascista le cabe perfectamente el
axioma jurídico “a confesión de parte, relevo de prueba”, que significa que
quien confiesa algo libera a la contraparte de tener que probarlo.
En estas palabras vertidas por Guevara
están implícitas dos connotaciones, una más evidente que la otra, por una
parte, está asumiendo que no lograron congregar la masa humana que aspiraban,
lo cual explica la frustración apreciada en muchos de los concurrentes y, por
la otra, deja entrever que efectivamente sí estaban planteadas, acciones de
corte insurreccional con las que se pretendía generar un ambiente
desestabilizador acorde con la intención de la dictadura imperial de derrocar
el gobierno constitucional y truncar de manera abrupta la revolución
bolivariana; es decir, aquí tenemos un reconocimiento tácito de la doble
derrota recibida.
Ganó
la Paz
Al no materializarse tal
intencionalidad, perfectamente se puede esgrimir la proclama con la que inició el
Presidente Maduro su intervención ante la marea roja que desbordó la avenida
Bolívar,
convocada, por cierto, con tan sólo un día de anticipación: el 1º de
septiembre ganó la Paz; y esta idea-fuerza de la Paz es la que nos corresponde
enarbolar a todos los venezolanos de buena voluntad.
Marea Roja lleno la Bolívar de Caracas en defensa de la paz |