Enfoque
UNAMACI
Sociedad en transición
en el marco de la Guerra no
Convencional
Perspectiva
de la Comunicación Popular Impresa
El arma más
potente en manos del opresor
es la mente del oprimido"
Steve
Biko
Sucinto
marco referencial
Analistas de diversas procedencias
teóricas coinciden en señalar que el mundo contemporáneo está inmerso en una
crisis; esta apreciación, en cierto sentido, se ha convertido en un lugar común
que sirve para determinar, ciertamente, la condición de crisis que padece la
humanidad aún cuando no la magnitud y dimensión de la misma. Hay quienes la
caracterizan como una crisis estructural y otros, más categóricos, hablan de
una crisis terminal o de civilización.
No es nuestro propósito, en esta oportunidad,
con estas líneas, adentrarnos en tales honduras, sólo nos basta, por los
momentos, asumir la conceptualización de que efectivamente el género humano
está sumergido en una crítica situación que pone en peligro la existencia
social civilizada y de la que no escapa, naturalmente, la región
latinoamericana y caribeña, incluida, naturalmente, la naciónvenezolana.
Desde la perspectiva
teórico-político en la cual nos ubicamos para orientar nuestro accionar
militante tendemos a alinearnos con el enfoque analítico de la universal
luchadora polaca-alemana Rosa Luxemburgo, quien sostuviese, hace poco más de
cien años, que la humanidad se encontraba en el desiderátum desocialismo o barbarie y, que ahora, ya
adentrado el primer cuarto de siglo del tercer milenio, tal planteamiento, sin
dudas, tiene la mayor de las pertinencias.
La barbarie, es decir, la voracidad
capitalista, en su afán desenfrenado de riqueza, ha puesto en peligro, no sólo,
la vida de la humanidad sino la
existencia misma del planeta Tierra. Muchos son los estudios realizados al
respecto que testimonian la gravedad de la situación planteada por la
concupiscente irracionalidad del
capitalismo.
Concentración
económica y de poder
Ese patético cuadro está reflejado,
por un lado, en el padecimiento de los pueblos del mundo que se manifiesta en
la lacerante desproporción que expresa
el hecho de que la mitad de la riqueza mundial está súper concentrada en apenas
el 1% de los más ricos, tendencia que antes que atenuarse se profundiza con
toda la carga de pobreza, exclusión, explotación, desolación, hambre y miseria
que ello implica para miles de millones de seres humanos. Y, por otro lado, en
su relación destructiva con la naturaleza,erosionando la capacidad productiva
de los suelos, alterando los ciclos climáticos, es decir, degradando la
biósfera, que es el espacio del planeta en el que se desarrolla la vida.
Reconoce la revista Forbes, el
medio por excelencia de la élite capitalista mundial, que el potencial
productivo de la humanidad se haya concentrado en muy pocas manos que no rebasa
a las mil personas al contabilizar a los multimillonarios del mundo.
Pero el capitalismo no sólo es
concentración de riqueza, también es concentración de poder; no simplemente es
un sistema desigual e injusto,es, también, un sistema de dominación socialen
beneficio de burguesías imperialistas y oligárquicas, jerarquizadas a nivel
mundial, cuya actividad está orientada a
la preservación y expansión de sus riquezas y por ende del poder, que es la
condición para lograrlo.
Hegemonía
en declive
Esta crisis que inicialmente se evidenció como de carácter
financiero ha devenido en “una profunda crisis de sobreacumulación y sobreproducción
compuesta por una tasa decreciente de ganancias”, que al converger en el ámbito climático-ambiental se
constituye a plenitud en la peor o más sentida crisis de las tantas que
ha tenido el sistema capitalista en toda su trayectoria, colocando en cuestión
su futuro. Siendo en los Estados Unidos, epicentro del capitalismo mundial,
donde la misma se ha hecho sentir, en sus círculos financieros, con mayor
intensidad y repercusión.
Y como sabemos, el capitalismo ha
solucionado todas sus grandes crisis con guerras; vocación guerrerista ésta que
caracteriza la manera de conducirse, muy demostrativamente, a la élite
imperialista estadounidense en su relación con el mundo, especialmente, con los
pueblos subyugados y países periféricos.
Los Estados Unidos, es decir, su
élite imperialista ven con absoluta preocupación que la hegemonía que venían
ejerciendo en el mundo, particularmente a partir de la II Guerra Mundial, ha
entrado en declive ante la emergencia de países con gran potencial económico
como China, la India, la recuperación de Rusia e incluso de la misma Europa,
que si bien su aliada, ya comienza a manifestar intereses propios en el marco
de la inevitable competencia capitalista.
Pero el declive del poder
hegemónico de los Estados Unidos no significa que no siga siendo el país
potencialmente más rico, con un poderío militar que, prácticamente, iguala al
resto del mudo y el más avanzado en el ámbito tecnológico. Condición que, por
supuesto, intenta preservar manteniendo su poder hegemónico, haciendo uso, para
tales efectos, de todos los mecanismos a su alcance, en todas las esferas
posibles, (política, económica, financiera, militar, diplomática, tecnológica,
etc.) con especial énfasis en el área comunicacional y cultural.
Sociedad
en transición
Es decir, con este razonamiento,
sostenemos que la sociedad contemporánea se encuentra en un franco proceso
transicional en el que, en base a su desenvolvimiento, puede desembocar bien en
el otro componente de la ecuación formulada por Rosa Luxemburgo, el socialismo,
por el cual apostamos, o bien en la preeminencia del capitalismo con la
acentuación de sus efectos perversos en la vida de los pueblos o más desastroso
aún en la extinción del planeta como resultado de una conflagración nuclear
propiciada por la irracionalidad del capital.
El desenlace posible tendrá mucho
que ver con la capacidad creativa y de lucha de los pueblos, incluido el
estadounidense, guerrero y de comprobada resistencia pero sometido, por siglos,
a una incesante explotación e implacable
manipulación; el futuro de la humanidad depende, en mucho, de las luchas que
sepan llevar adelante los pueblos para lograr su emancipación, más allá del
capitalismo; con Gramsci, decimos que “sólo se puede prever la lucha y no sus
resultados”.
Guerra y acoso injerencista
Como potencia imperialista cuya
hegemonía está haciendo aguas, los
Estados Unidos, en los hechos, le ha declarado, prácticamente, la guerra
a países en todos los Continentes, pueblo que no se someta a sus designios y
represente algún interés estratégico para su propósito hegemonicista está
expuesto a ser sometido al mayor de los acosos injerencistas y si no a la
intervención militar directa o a través de sus aliados, como lamentable y
recientemente lo pueden testimoniar, entre otros, países como Yugoeslavia,
Palestina, Afganistán, Irak, Libia, Somalia, Yemen y Siria, cuyos pueblos y
gobiernos han padecido la inmisericorde agresión imperialista con su triste estela de miles de
muertos e infraestructuras destruidas; la expresión del ex-presidente Bush,
hijo, fue, por demás, elocuente “quién no está con nosotros, está contra
nosotros” cuando se aprestaba para decretar la desproporcionada y criminal
guerra contra Irak. El caso de Irán resulta patético, una nación sometida, por
años, al más implacable de los acosos sólo por no someterse a las pretensiones
estadounidenses y defender con dignidad y valentía su soberanía.
Así mismo, en América Latina y El
Caribe tenemos una larga historia de acoso e injerencismo, en la que destaca el
caso del hermano pueblo cubano que ha sabido resistir con dignidad y sabiduría
los embates del bloqueo y múltiples agresiones que durante más de 50 años el
imperialismo ha emprendido en su contra;
y también otros gobiernos y pueblos hermanos, en la presente etapa
latinoamericana, como los de Bolivia, Ecuador, Nicaragua, El salvador,
Honduras, Paraguay, Brasil y Argentina, en diversos grados, han estado sometido
al vil injerencismo por la misma razón de pretenderse emancipados del yugo imperialista.
Guerra
no Convencional
Evidentemente que la Venezuela
Bolivariana ha sido, si acaso, el país que más ha padecidoelacoso injerencista
estadounidense.Hansido 18 años, en que el imperialismo, apoyado en sus agentes
lacayos internos, nos ha declarado una guerra, no oficial, que se ha dado en
llamar de Cuarta Generacióno Guerra No Convencional o de Baja Intensidad,
porque sin recurrir a la violencia bélica, apela a múltiples factores para
tratar de deponer la férrea disposición de los pueblos de no doblegarse frente
a los intereses imperialistas.
En nuestro caso la estrategia
estadounidense ha sido la de usar todos los recursos a su alcance en
función del manifiesto propósito de desestabilizar al gobierno y
derrocar a la revolución bolivariana. Y todo ello por su afán, por una parte,
de retomar el control de las ingentes riquezas naturales existentes en nuestro
subsuelo, especialmente las de naturaleza energética, las mayores en el mundo,
de las cuales están tan urgidas para garantizar su depredador “modelo de
desarrollo”; y, por otra parte, para truncar el ejemplo liberador que ha
significado nuestra revolución bolivariana, soberana y solidaria, para los
pueblos nuestroamericanos.
Amplio
arsenal
En ese despropósito no han
desestimado ningún tipo de esfuerzo, prácticamente, desde el mismo momento en
que el comandante Chávez asumió la conducción del país con la orientación
emancipadora inspirada en el ideario de Simón Bolívar, en aras de la
transformación revolucionaria de la sociedad venezolana, los imperialistas y
sus lacayos se desataron en acciones
desestabilizadoras abarcando un amplio arsenal de iniciativas conducentes todas
ellas a derrocar al gobierno y obstruir la concreción del Proyecto Político
Chavista, del socialismo bolivariano del siglo XXI.
Es así como, promovieron golpes de
Estado, paros subversivos petroleros y empresariales, desestabilización económica,
guarimbas, instigación a militares a rebelarse, organizar y aupar acciones con
comandos paramilitares colombianos, financiamiento a partidos políticos y Ongs
opositores, manipulación mediática, ola de rumores desestabilizadores, campañas
de descrédito de altos funcionarios y de desconocimiento de la Constitución y
de la institucionalidad del país, etc., además de propiciar, a nivel
internacional, el aislamiento del país, cerco financiero, presiones
diplomáticasy montar un arco de bases militares alrededor de las fronteras
venezolanas.
Con la desaparición física del
Comandante Chávez, arreciaron el plan desestabilizador en contra del pueblo y del
gobierno bolivariano, orquestando la Guerra no Convencional de manera más
decidida, expresada esta en un haz de guerras sectoriales ahora con mayor
ímpetu, en la creencia que con el ascenso de Nicolás Maduro a la Presidencia de
La República les sería más fácil coronar el propósito de retomar el control del
país. Pero subestimaron a Maduro como subestimaron a Chávez, al bravo pueblo y
a la unión cívico-militar.
Afinaron la Guerra no Convencional,
articulando de manera acompasada la guerra mediática, con la guerra económica(desmedida
especulación de precios , acaparamiento de productos, enlentecimiento de la
producción, contrabando de extracción,manipulación monetaria, estímulo al
bachaqueo,etc.), guerra psicológica, la presión diplomática-teniendo como
puntal la Secretaría General de la OEA-, propiciamiento del aislamiento del
país por parte de la derecha internacional,laactivación de un injustificado
cerco financiero, el saboteo eléctrico, la presión de calle,la reactivación de
las guarimbas ahora con el cognomento de La Salida, la amenazante presión militar
externa, la declaratoria del país como una amenaza a la seguridad exterior de
los Estados Unidos. E intentaron convertir el Poder Legislativo Nacional,
conquistado por la oposición en las elecciones parlamentarias del 2015, en una
“cazamata” desde la cual arremeter contra los otros Poderes y acelerar su
ascenso al poder político del país.
Todo este plan, como hecho nada sorprendente, está reseñado en un papel de trabajo del Comando Sur
de los Estados Unidos (que es el que
ejerce el control militar para Latinoamérica y El Caribe), firmado por
su jefe el Almirante KurtTidd que lleva por título "Operación Venezuela
Freedom-2",Ante tamaña evidencia no deja de llamar
la atención que todavía haya sectores que se nieguen a asimilar
que estamos frente a una guerra no declarada, que no enfrenta a
ejércitos en un campo de batalla tradicional, pero que busca generar el
abatimiento del adversario, es decir, del pueblo venezolano a través de ataques
en los ámbitos económico, político, financiero, psicológico, en fin, en todo lo
que afecte la psiquis y la cotidianidad de los venezolanos, contando para ello
con la plataforma mediática y cibernética, tanto interna como externa, de la
cual disponen a su antojo.
Guerras
mediática y psicológica eslabones de la Guerra no Convencional
Luce claro que la estrategia
intervencionista del imperialismo, en esta etapa, no se orienta por el esquema
tradicional del desembarco de marines como si estuvo presente en otros momentos
de la historia injerencista yanqui en la región, pero, también está claro que
la intervención militar directa gravita en el ambiente, dependiendo ello de las
circunstancias geopolíticas actuantes en su momento (que no es del caso
considerar en este análisis); es más que evidente que el imperialismo que
siempre planifica en base a distintos escenarios posibles tiene contemplado
escenarios donde se maneja una eventual intervención directa; el cerco de bases
militares que han venido montando en torno a nuestro país, habla por sí solo.
La estrategia imperialista actual
pasa por poner el acento en estimular un proceso de descomposición interna,
aprovechando las debilidades económicas y políticas y apoyándose en sus aliados
internos (la burguesía parasitaria local, la oposición política apátrida (MUD),
la conferencia episcopal, las empresas mediáticas privadas locales), y todos
aquellos sectores que se dejan ganar por intereses antipatrióticos.
En esta guerra no declarada, que ha
desatado el enemigo fundamental de todos los pueblos del mundo, en contra de
nuestro país, ocupan un papel de relevante importancia la acepción mediática y
psicológica de la misma, estando destinadas a conquistar las mentes de las
personas, siendo la cabeza de los venezolanos el campo de batallas en el que se
desarrolla.
“Los ejércitos militares son
sustituidos por grupos operativos descentralizados especialistas en insurgencia
y contrainsurgencia y por expertos en comunicación y psicología de masas”. Su
objetivo no es matar sino controlar, “las balas” no apuntan al cuerpo sino a
las contradicciones y vulnerabilidades psicológicas de los ciudadanos; es la
guerra de cuarta generación que se libra sin tanques ni fusiles en la que se
pretende el cambio de gobierno con la combinación de enfrentar a los ciudadanos
y ejercer injerencia a través de operaciones de inteligencia. Estas operaciones
ya no se trazan a partir de la colonización militar para controlar un
territorio, sino a partir de la
colonización mental para controlar una sociedad.
Los conflictos recientes en países del Medio Oriente en sus etapas
iniciales, son ejemplos elocuentes de este tipo de guerra, que luego derivaron
en invasiones militares y guerras fratricidas.
Es una guerra, en la que los
“thinktanks” (tanques de pensamiento), los medios de comunicación privados y
las herramientas cibernéticas o redes sociales se activan de tal manera que
combinados con los ataques provenientes de la guerra económica y unidos a
acciones de grupos políticos internos se crea un caldo de cultivo propicio
para atribuirle la culpabilidad al
gobierno de los problemas cotidianos y
pretender inducir al pueblo a aceptar cualquier Salida.
Como describe el general Roberto González Cárdenas, el proceso desestabilizador informativo se desliza
siguiendo patrones como el siguiente:“un mensaje anónimo en la red social Twitter con una
información falsa en torno a Venezuela, enseguida va a parar a un sitio web que
se ocupa de “validarla” tomando como fuente al usuario de Twitter, sin ocuparse
en verificar su autenticidad como correspondería a los principios del
periodismo. Luego, esta misma “noticia” es tomada por una página con mayor
reconocimiento y posteriormente se divulga al mundo entero, que termina
teniendo una visión errada de Venezuela. Estrategias de desinformación como
ésta se repiten día a día con el fin de generar una visión de caos, la cual
permitiría validar posteriormente cualquier medida que naciones extranjeras pudieran
tomar contra el país. También sirven para intentar el descrédito al modelo
político seguido por Venezuela a partir del año 1999, caracterizado por la
inclusión y la soberanía económica”. Este procedimiento, por supuesto, no es nada casual, se enmarca en un modus
operandi que tiene como expresa finalidad desprestigiar al gobierno bolivariano,
debilitarlo para luego destruirlo.
Batalla comunicacional en Venezuela
Ahora
bien, al asumir que la sociedad contemporánea mundial está en una fase de transición
hacia el socialismo o hacia la barbarie o extinción de la vida y del planeta
Tierra, partimos también de la concepción que nuestro país, igualmente, está
sumergido en una transición, en los mismo términos en la que esta se plantea en el escenario mundial; pero comprendiendo,
así mismo, que más que una crisis, en la presente coyuntura venezolana, estamos
inmersos en una guerra que aunque no oficializada por quienes nos agreden,
reviste todas las características de la guerra no convencional o de cuarta
generación que el imperialismo tiene implementada para aquellos pueblos y
países que no se subordinan a sus planes
imperiales. Es un escenario de guerra simbólico en el que no se emplean tanques
ni bayonetas sino el control de los medios de comunicación.
Enconsecuencia,
apoyándonos en investigaciones realizadas sobre la realidad comunicacional que ya tenemos en
puerta, asumimos, que en ese ámbito mediático, también, nuestro pueblo se
encuentra en una transición en el esfuerzo de asumir e incorporarse a los vertiginosos avances que se han venido operando en el plano de la
comunicación y de la cibernética en los últimos años. Esfuerzo en el que, no
tenemos la menor de las dudas, a los comunicadores populares nos corresponde
desempeñar una relevante tarea, tal cual como la que cumplimos en los años
iniciales de la revolución bolivariana.
La
penetración de las nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) en el
caudal comunicacional venezolano ha sido acelerada y bastante amplio, en los
últimos años, dato que habría que
relacionar, indudablemente, con la política de democratización de la
comunicación que ha adelantado el gobierno bolivariano; aún cuando el gran
reto, como alerta el estudioso de la comunicación y activista contra
hegemónico, AramAhoranian, “es la producción de contenidos a los dispositivos
móviles, la transnacionalización de la comunicación, los temas de la
vigilancia, manipulación, transparencia y gobernanza en internet, el “ruido” en
las redes y el video como formato a reinar en los próximos años”; estos
elementos,remarca el comunicador uruguayo, junto al largamente
anunciado ocaso de la prensa gráfica y la vigencia de la guerra de cuarta
generación y el terrorismo mediático, son los vértices fundamentales para
reflexionar sobre el tema de la democracia de la comunicación, mirando no hacia
el pasado, sino hacia el futuro que nos invade.
Por supuesto que este
llamado de atención tiene absoluta pertinencia, porque en el proceso de
concentración de la riqueza que se ha venido operando a nivel mundial, es en el
área de la comunicación y de la llamada industria cultural en donde se han
producido las mayores fusiones de capital, creándose grandes corporaciones
mundiales destinadas a consolidar una
férrea dictadura mediática que vendría a ser la más contundente herramienta en
la guerra imperialista por el control y el dominio de nuestras mentes, nuestros
deseos y nuestros valores. Como sostiene Yuri Pimentel, estascorporaciones
mundiales ambicionan controlar cada paso del proceso informativo, desde la
creación del "producto" hasta los distintos medios a través de los
cuales la tecnología hace llegar los mensajes al auditorio. "El
producto", son las noticias, la información, las ideas, el entretenimiento
y la cultura popular; el auditorio es el mundo entero.
La
dictadura mediática busca las formas novedosas de implantar hegemónicamente
imaginarios colectivos, narrativas, discursos, verdades e imágenes únicas. Es
el lanzamiento global de la guerra de cuarta generación, directamente a los
usuarios digitalizados de todo el mundo. Es
tal la monopolización queel 85% de los
contenidos a los que tiene acceso la población del planeta está en manos del
complejo financiero de EEUU.
Venezuela
no escapa a esta tendenciosa realidad tan es asíquela mayoría de productos
nacionales repiten las mismas fórmulas, amplifican los valores capitalistas y
consumistas y repiten sus posiciones ideológicas. Esto indica la ardua tarea
que tenemos planteada los comunicadores revolucionarios, al lado del gobierno
bolivariano para dar la batalla por la imposición de imaginarios ya no sólo en
las calles, en las fábricas, en las comunas, a través de los medios
progresistas y comprometidos con el proyecto bolivariano sino, también, en las
redes sociales y los nuevos dispositivos móviles aprendiendo a usar las nuevas
armas tecnológicas.
Hay que
reasumir la batalla de las ideas de las que nos hablaron Chávez y Fidel, la
batalla cultural para que el pueblo se emancipe, que tome conciencia de la
necesidad de producir una comunicación basada esencialmente, no en el valor de
cambio capitalista sino en el valor de uso socialista, que parta del receptor,
de sus intereses y necesidades.
El
Presidente Maduro ha llamado a emprender una Revolución de la Comunicación
tanto en el país como en la esfera mundial,
a tomar los muros, las redes, las calles y los medios,en las comunas, en
las escuelas, en las fábricas…a hacer visible el sentimiento y el pensamiento
de los pueblos, ese es nuestro compromiso como comunicadores populares y
estamos identificados y dispuestos a acompañarlo en esta lucha histórica, que es
una guerra de liberación ante el proyecto hegemónico imperialista.
Como
bien recoge el filósofo de la comunicación y poeta revolucionario, Fernando
Buen Abad, no hay tiempo que perder. Los
imperios mediáticos se re-acomodan diariamente, se alían, se compran entre sí,
se expanden… y no pocos operan como armas de guerra ideológica mercantilista e
inhumana. La Revolución de la Comunicación que Maduro convoca tiene el desafío
de profundizar la crítica del modelo
mediático dominante y tiene la tarea de impulsar el nacimiento del “Nuevo Orden Mundial de la Información y la
Comunicación” del siglo XXI. Eso requiere de pueblos en lucha con semiología, epistemología y tecnología
emancipadoras. Eso requiere “moral y
luces” revolucionarias donde no se admitan reconciliaciones ni reformismo.
Donde no se admitan burocracias ni demoras. Una etapa nueva de la Patria Digital Emancipada, de la Revolución
del Espíritu y la Revolución Semiótica que aguardan su oportunidad para
concatenarse en una sola Revolución mundial y desde abajo.
La comunicación popular impresa:
recuento necesario
La
Revolución Bolivariana, liderada por el Comandante Hugo Chávez significó un
retoñar de la creatividad e iniciativa
popular; su aparición en el horizonte venezolano fue como un chispazo
resplandeciente que estimuló las energías que permanecían adormecidas en el oscuro letargo cuarto republicano. Con
su coraje, valentía y claridad estratégica, Chávez, supo integrar y activar en
un haz de fuerzas a los más amplio sectores de la vida nacional, entre ellos a
muchos compatriotas que con procedencia y trayectoria diversa sintieron el
llamado de salir en apoyo y defensa de un Proyecto Político que representaba el renacer de una
Patria que lucía postrada y preterida por la calamitosa gestión de quienes
hasta ese momento la venían conduciendo y que comunicacionalmente no contaba
con suficientes fuerzas para defenderse.
Fue
así como surgió un amplio cuerpo de comunicadores populares que en diversas manifestaciones expresivas asumieron
el compromiso de desarrollar lo que luego en buena argumentación se
reconoció como el brazo comunicacional
popular, alternativo y comunitario de la Revolución Bolivariana y, dentro de él,
a su vertiente impresa, que al cabo de pocos años alcanzó un importante
crecimiento y desarrollo.
Sobre
todo, a partir del traicionero y antipatriótico golpe de Estado de abril de
2002, cuando se evidenció, patéticamente, la debilidad comunicacional de las
fuerzas bolivarianas, en contraste, con la fortaleza que mostraba el aparato
mediático de la burguesía, la comunicación popular, alternativa y comunitaria
impresa emergió con una fuerte presencia, llegándose a contar, en los años inmediatamente siguientes, con no menos de
150 periódicos, a lo largo y ancho del territorio nacional.
El gobierno bolivariano, encabezado por ese
insigne comunicador que fue y sigue siendo Chávez, tuvo siempre cabal
comprensión de la importancia estratégica de la comunicación popular, y en
particular de su vertiente impresa; aún cuando hubo funcionarios, a distintos
niveles, que, bien, por celos profesionales o por estar imbuidos de la
concepción burguesa de la comunicación o, simplemente, por debilidad en la formación
revolucionaria adoptaron posturas obstruccionistas y nada solidarias con la
comunicación alternativa y comunitaria, en general y particularmente con la
impresa, contraviniendo, evidentemente, las orientaciones del líder de la
revolución.
Con
el tiempo se fue aflojando el apoyo oficial necesario a la comunicación popular
impresa, también es verdad, quienes
activamos en ella no tomamos las previsiones pertinentes para crear mecanismos
de sustentación propios y estables; y llegamos a la situación en que nos
encontramos, desde hace unos tres años, en que buena parte de los periódicos
alternativos y comunitarios han dejado de circular; estando de por medio como
causas de mayor peso los altos costos alcanzados por los insumos y la impresión,
propiamente, de los periódicos e incluso por la escasez de la materia prima
principal como lo es el papel.
Entendemos
los comunicadores populares, integrados en la Unión Nacional de Medios
Alternativos y Comunitarios Impresos (UNAMACI), que, ciertamente, la economía
nacional ha venido confrontando dificultades, que feliz y progresivamente
comienzan a ser superadas, también es verdad que es necesario la presencia en
las calles, en las comunidades, entre los trabajadores y el pueblo en general,
de los periódicos revolucionarios, alternativos, comunitarios y populares con
su contenido contra hegemónico y su demostrada carga agitativa y combativa. No
es para atribuirnos reconocimientos, tal vez, no merecidos pero es claro y
notorio que en la etapa de auge relativo de la comunicación popular impresa fue
cuando la Revolución Bolivariana contó con mayor apoyo popular, en algo hemos debido contribuir.
Pues
a tenor, de la realidad política en que se encuentra la Revolución, en la
presente coyuntura,acosada interna y externamente por poderosos enemigos, que
tienen, precisamente, en lo comunicacional su mayor poder de ataque manipulador y para lo cual, por cierto,
emplean las más diversas formas expresivas, sin abandonar sus periódicos que
han sabido mantener a toda costa; y por nuestra condición de aliados
estratégicos, firmes y leales al legado de Chávez y al proceso revolucionario
bolivariano, nos permitimos formular el cuerpo de propuestas que a continuación
presentamos, en aras de continuar aportando nuestro esfuerzo comunicacional en el propósito de fortalecer la esperanza
redentora que significa para nuestro pueblo la Revolución Bolivariana.
Propuestas de UNAMACI
1.- Suministros de Bobinas de papel, planchas y
otros insumos necesarios para imprimir consecuentemente nuestros medios
impresos (con una bobina de papel se pueden producir 10 periódicos de 12 páginascon un tiraje de 3000 ejemplares cada uno.
2.- Ubicación de una imprenta para la impresión de nuestros periódicos.
3.- Publicación de un periódico colectivo de UNAMACI
4.- Difusión, a través de la base de datos del MIPPCI, de los artículos producidos por
los comunicadores populares adscritos a UNAMACI.
5.- Facilitación de un local apropiado como centro
operativo para reuniones y actividades diversas promovidas por UNAMACI.
6.- Incentivo económico trimestral (monto a
concertar)
7.- Impulsar un proceso de articulación
comunicacional de Impresos y las vertientes: Radio, televisión, electrónicos
(twitter, face, instagram, blogs, paginas web, et.) y murales.
8.- En el marco y conjunción de este proceso de
articulación comunicacional desarrollar una audaz campaña popular de agitación,
denuncia y desenmascaramiento de los planes y procesos desestabilizadores de la
oligarquía criolla y el gobierno de los Estados Unidos contra el gobierno del
presidente Nicolás Maduro y la Revolución Bolivariana.
9.- En términos estratégicos, ubicar pequeñas
imprentas, tipo rizzo, en sitios claves del país, previendo una emergencia en
la que se requiera la publicación clandestina de material propagandístico.
10.-
Impulsar la creación de un centro de investigación periodística orientado a
desentrañar los códigos del mensaje mediático imperialista y oligárquico y a
resaltar los logros y avances de la revolución bolivariana.
¡Fortalecer la comunicación popular es
avanzar en la defensa y consolidación de
la revolución bolivariana!
¡Chávez vive, la lucha sigue!!!!
Consejo Central de UNAMACI
Carmen
Hernández Noticias de Mujeres Jesús Hernández Marea Roja
Humberto Gómez Revista
Caracola José
Lara La Réplica
Lourdes
Ibarra Notivecinos Freddy
Liendo Cacerola Solitaria
Gregorio Castillo A
trocha y mocha David Moya La otra R
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